jueves, 26 de mayo de 2011

Comprensión de la Teoría y Praxis de la Gerencia


Wilpia Flores Cabrera, M.Sc
Profesor Agregado: Universidad Nueva Esparta, Caracas - Venezuela
(Mayo 2011)

Para iniciar la compresión de la teoría y praxis de la gerencia comenzaré por definir los conceptos: Teoría, Praxis y Gerencia, para luego establecer su relación y posterior comprensión. Según Kant (1999) “Se llama teoría a un conjunto de reglas, incluso de las prácticas, cuando estas reglas, como principios, son pensadas con cierta universalidad y, además, cuando son abstraídas del gran número de condiciones que, sin embargo, influyen necesariamente en su aplicación. En cambio, no se llama práctica a cualquier manejo, sino sólo a esa efectuación de un fin que es pensada como cumplimiento de ciertos principios de procedimiento representados en general.”  (p. 3). En cuanto al concepto de Gerencia el autor David (1997) la define “…como un enfoque objetivo y sistemático que permite a la empresa asumir una posición preactiva y no reactiva en el mercado en que compite, para no sólo conformarse con responder a los hechos, si no influir y anticiparse a ellos.
La teoría y la praxis en la gerencia tienen estrecha relación, ciertamente la práctica es la acción propiamente dicha de llevar algo a cabo, pero basándose o cumpliendo con ciertos principios establecidos en las teorías. Esto implica entender el contexto social, histórico o tecnológico en el que se esté inmerso, para entender la influencia que podría tener la teoría dentro de ese contexto y orientarse a la acción pertinente a través de la práctica. Esto denota la importancia que tiene la teoría como elemento primordial para la solución de problemas en la vida cotidiana, lo que implica el análisis científico de la historia humana, tal como lo planteó Karl Marx y Friedrich Engel en las teorías del materialismo histórico. Estas teorías son un medio para estudiar la sociedad y su contexto, considerando factores circunstanciales relacionados con la época, las tecnologías, las políticas, entre otros.  Todo esto con el propósito de sustentar la praxis en la estructura teórica del momento.  Así mismo el autor Anderson (1986), plantea en su libro Tras las huellas del materialismo histórico lo siguiente: “Lo característico del tipo de crítica que en principio representa el materialismo histórico es que incluye la forma indivisible e incansable la autocrítica. Es decir, el marxismo es una teoría de la historia que pretende ofrecer a la vez una historia de la teoría”. Entendiéndose entonces, que el análisis del contexto histórico permite la evolución y adecuación de las teorías y que el medio de manifestación y verificación de éstas es la práctica.
A propósito de esto Jürgen Habermas, hace una crítica al marxismo donde plantea la idea de la intersubjetividad lingüística de la acción social, para ello se basó en la filosofía hermenéutica y el análisis del lenguaje, manifiesta que los sujetos se entienden lingüísticamente y que éste es un requisito indispensable para la reproducción social, para garantizar sus acciones dentro de los contextos donde se desenvuelvan,. Conlleva a la reformulación constantes de teorías que implican la acción e interacción de los individuos en la sociedad. Estos elementos son indispensables para que la sociedad resuelva a través de la praxis los problemas que se presenten.  Este autor trata de demostrar que la racionalidad de la acción comunicativa es vital para el desarrollo social. Por ello en su libro Teoría y Praxis hace énfasis en el aspecto empírico de la relación de la ciencia, la política y la opinión pública en los sistemas sociales, en el aspecto epistemológico relacionado con la conexión de conocimiento e intereses y el aspecto metodológico de la teoría de la sociedad y el papel de la crítica. Evidentemente estos aspectos contribuyen a analizar la realidad del individuo dentro de su contexto, considerando sus intereses, conocimientos, políticas y relaciones de comunicación.  Las teorías y sus praxis son susceptibles a la realidad observada generando un contexto y una manera de acción de acuerdo a sus intereses y a las estructuras sociales, económicas, políticas y tecnológicas presentes.
El modelo de Habermas pretende analizar la sociedad desde la perspectiva de la vida y del sistema, la primera está representada por la visión interna del individuo dentro de la sociedad y la segunda se refiere a la parte externa, es decir, la estructura sistémica representada por las instituciones. Considera entonces a la sociedad  como un conjunto de sistemas complejos que transforman al individuo. Su interacción  en la sociedad está mediada por la acción instrumental que depende de las tradiciones y  la acción estratégica que confronta las tradiciones y contempla las interpretaciones científicas, acorde con esto las teorías van evolucionando y los sujetos van cambiando sus praxis.
De acuerdo con estos planteamientos, se entiende que la praxis no es un acto natural del ser humano, ésta se desprende del uso del intelecto y del raciocinio, ya sea de manera individual o colectiva.  Es una actividad consciente, basada en estructuras concretas y fuertemente relacionada con la teoría. La teoría por sé no contribuye a las transformaciones sociales. Para que repercuta debe apoyarse en la conciencia humana individual y colectiva, sustentarse en fundamentos teóricos – prácticos, leyes, políticas y otros elementos.   A este respecto Tecla y Garza (1977), platean siete principios relacionados con la concepción de las teorías, estos son: 1. la teoría es un sistema de conceptos, categorías y leyes, 2. es el reflejo objetivo de la realidad, 3. se encuentra indisolublemente ligada a la práctica, 4. son estructuras complejas, 5. la teoría científica está condicionada social e históricamente, 6. las teorías pueden servir de guía para la transformación revolucionaria de la realidad; contribuyen a transformar la naturaleza y la vida social, y 7. las teorías sociales poseen un carácter de clase.
Estos principios reflejan la importancia de los contextos, los fundamentos conceptuales, la complejidad del ser humano, la sociedad y el raciocinio como elementos indispensables para ejercer la praxis como medio de soluciones a problemas, en donde es indispensable relacionar la teoría con la praxis de acuerdo a raciocinio individual y/o colectivo, es allí donde el individuo descubre el universo y contribuye a las transformaciones sociales de acuerdo con los contextos temporales, sociales, tecnológicos, económicos, culturales, políticos, entre otros, para satisfacer sus necesidades humanas.  La combinación teórica – práctica, representa un amplio radio de acción en los modelos conceptuales del hombre, afecta su realidad, su percepción del mundo y su manera de proceder para la solución de problemas y la materialización de las transformaciones, estas ciertamente dependen de la praxis en un marco de intereses, ya sean políticos, sociales, culturales   y/o  económicos.
En el caso de la gerencia, la praxis implica el uso de conocimientos teóricos que coadyuven a las transformaciones de la naturaleza y de la sociedad, de acuerdo con las necesidades del hombre dentro de un contexto específico. Este cuerpo teórico define la realidad, la sociedad y al hombre, estableciendo  la manera en cómo resuelven los problemas y cómo se relacionan los individuos dentro de un contexto. Por lo que la organización actual de la sociedad, requiere de una organización sistemática que permita a las empresas gestionar sus recursos de acuerdo a un plan estratégico. Por consiguiente, el papel del Gerente es de gran relevancia, porque él es el responsable de conducir la empresa al logro de los objetivos, esta conducción debe ser de forma racional, a través de la planificación, organización, dirección y control de las actividades de la empresa, mas, siguiendo un marco teórico ajustado a las necesidades empresariales y a las características del entorno.
En este orden de ideas, es necesario considerar dentro del entorno la  globalización y la competitividad como variables de éxito en la praxis gerencial, estas implican el diseño y construcción de nuevos modelos gerenciales para  crear organizaciones inteligentes y orientadas al desarrollo de mejores prácticas. Siendo necesario considerar los cambios de paradigmas en la gestión gerencial, es decir, incorporar nuevas teorías, tecnologías  y prácticas para el desarrollo de competencias en el interior de las organizaciones. En el caso del desarrollo de la competencias Mc Clelland (1989) establece tres factores de motivación, necesidad de logro, necesidad de poder y necesidad de afiliación. Establece la motivación como un factor preponderante para el éxito en el desempeño ante situaciones competitivas, encontró que las personas motivadas tienen un fuerte deseo de hacer bien sus trabajos, con responsabilidad y eficiencia para dar soluciones a los problemas, además de solicitar constantemente realimentación a sus superiores acerca de su desempeño y así proponerse metas más desafiantes, no les agrada las tareas fáciles ni lograr sus objetivos por factores fortuitos, al contrario prefieren obtener éxitos basados en la buena praxis, analizando cómo hicieron las cosas para lograr los objetivos y así mejorar constantemente. Así mismo son personas que mantienen excelente relaciones con los miembros de la organización, por lo que expresan necesidad de afiliación y orientación al logro. 
Otro aspecto importante a considerar es el referido por Koontz y O´Donnell (1990) en relación con la gerencia efectiva y su filiación con el cumplimiento de los objetivos en la organización. Estos autores plantean la gerencia efectiva como un proceso o conjunto de acciones orientadas al logro de resultados de manera efectiva, eficaz y eficiente  ya sea individual o mediante grupos de trabajo integrados, en donde predomina la calidad como característica de los productos bienes o servicios ofrecidos. En esta misma línea el autor Gitman (1986) se refiere a la gerencia efectiva como la aplicación de políticas, estrategias, tácticas, procesos, procedimientos, técnicas y prácticas, de acuerdo a principios o directrices que correspondan a diversas áreas en una organización. Esto con el propósito de convertirlas en prácticas habituales de la organización.
Para  Johnson y Scholes (1999) la mejora continua en la organización requiere no sólo de una adecuada gestión sino que debe incorporar el control en dentro de los procesos de la gerencia efectiva, de manera tal de mantenerse en constante evaluación y poder corregir el proceso cuando sea necesario y ajustarlo a las necesidades de la empresa.  Esto permitiría medir el desempeño de la empresa de acuerdo a los objetivos propuestos. Todos estos aspectos deben ser considerados y estudiados en los contextos que correspondan de manera tal de garantizar el éxito de la praxis gerencial en cualquier ámbito.

Referencias

Anderson, Perry (1986): Tras las huellas del materialismo histórico. Edit. Siglo XXI. México.
David, Fred (1997). La Gerencia Estratégica". Fred R. David, Fondo Editorial Legis.
Gitman, Lawrence  (1986) Fundamentos de Administración Financiera. Ed. Harper & Row Latinoamericana. México.
Habermas, Jürgen (1999). Teoría y Praxis, Editorial Atalaya, Madrid.
Habermas, Jürgen (1991). La distinción, "Economía de las prácticas", Taurus, España.
Habermas, Jürgen (1987). La Acción Comunicativa. Tomo I. Editorial Taurus. Madrid.
Habermas, Jürgen (1980). Dominio Técnico y Comunidad Lingüística. Editorial Ariel. Barcelona.
Johnson, Gerry y Scholes, Kevan. (1999) Dirección Estratégica. Ed. Prentice May International Ltd. Madrid
Kant, Emmanuel (1999) Teoría y Praxis
Koontz y O"Donnell (1990) Curso de Administración Moderna- Un análisis de sistemas y contingencias de las funciones administrativas. Ed. Litográfica Ingramex S.A. México.
Mc Clelland, David (1989). Estudio de la motivación humana. Editorial Narcea. Madrid.

Tecla J., Alfredo y Garza, Alberto (1977). Teoría, Métodos y Técnicas en la Investigación Social", Ed. Editores de Cultura Popular, México.